Juan María y su obra

Juan María de la Mennais y su obra

 

LaMennais

 

Su vida
Saint-Maló es una ciudad costera de Bretaña, una región de Francia. Allí nació Juan María de la Mennais el 8 de setiembre de 1780. Su infancia y juventud transcurrieron en el contexto de la Revolución Francesa. Se sintió interpelado por la situación de la niñez de su país, sin instrucción, pero, sobre todo, sin un sentido de vida cristiano. Junto al sacerdote Gabriel Deshayes, fundó una asociación de religiosos educadores. Visto el éxito de las escuelas de Juan María, el gobierno francés le pidió Hermanos para las colonias. Las Antillas, Senegal, la Guyana, ... pronto vieron llegar a los hijos de este intrépido seguidor de Cristo. Juan María murió el 26 de diciembre de 1860, tras haber entregado su vida al servicio de la juventud.

 

Su obra continúa
La obra de Juan María se ha extendido por todo el mundo, y hoy los Hermanos Menesianos están trabajando en de 24 países de los cinco continentes. La labor de las comunidades menesianas es distinta según los lugares: Colegios, formación profesional y universitaria. Pero, en todos los contextos se trata de:

 

Espiritualidad Menesiana
“Ten buen ánimo, querido hijo; sé todo de Dios y de Dios solo” JMLM

El carisma es el lazo familiar que nos une; teje la pertenencia entre nosotros. A través de esta vocación carismática nos unimos a Cristo, encarnamos una imagen concreta de Jesús en medio de los niños y los jóvenes bendiciendo y enseñando. Estamos llamados a una Misión, dar a conocer y amar a Jesucristo. Esta misión sólo existe si es compartida, porque fundamentalmente es misión de Dios. El carisma otorga a nuestra vida, personal y comunitaria, sentido y unidad. En el contexto de la Iglesia, como “comunión de vocaciones”, estamos llamados a vivir el carisma en la Familia Menesiana.

“Le trajeron entonces a unos niños para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron, pero Jesús les dijo: "Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos". Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí. Mateo 19, 13-15.

Este pasaje del Evangelio ha golpeado con fuerza el corazón de Juan María de La Mennais y le ha servido como punto central para focalizar desde ahí su vivencia de Cristo. Esta es la vocación a la que el educador menesiano se siente llamado. Esta es la Palabra carismática que da sentido y norte a la escuela menesiana. La educación, para nosotros, tiene un atributo fundamental que la define, es un carisma, es un don recibido.

Esto resalta, en primer lugar, el hecho de que educar, para el menesiano, no es una simple profesión o un trabajo que él elije, sino que va mucho más allá, es algo más profundo y más amplio, es la espiritualidad vivida en lo cotidiano de la misión. Para Juan María un educador no se reduce a un instructor o un profesional de la enseñanza, sino a un misionero del Reino.

 

Escuela Menesiana
La Escuela Menesiana, aportando su identidad específica a la Escuela Católica, contribuye a la construcción de una propuesta educativa alternativa de calidad, insertándose en la realidad, cultura, costumbres y tradiciones del lugar donde se ubica. Educamos para la contemplación y el discernimiento basado en el desarrollo de capacidades que le permitan al alumno comprender la realidad que lo rodea desde una perspectiva cristiana y encontrar el sentido de lo que aprende.

La Pedagogía Menesiana es pedagogía católica. Motiva a los alumnos a interpretar la voz de Dios creador que se manifiesta en el universo. Es un medio privilegiado para la formación integral de la persona humana, en una concepción específica del mundo, de la humanidad y de la historia.

El campo del conocimiento es la razón de ser de la escuela; así como la relación con el mundo, la sociedad y la cultura es el elemento central de lo que llamamos educación o conocimiento educativo. Por lo tanto, aprendizaje del mundo, relación con él y fe son, pues, concomitantes, viajan juntos a lo largo de toda la vida. Los niños, adolescentes y jóvenes se capacitan para abrirse progresivamente a la realidad y formarse una determinada concepción de la vida.

El Currículum así entendido será una plataforma de evangelización donde se realice la síntesis de “fe-cultura-vida”. Procesos de enseñanza y aprendizaje, educación y evangelización son, para la escuela menesiana, dimensiones que no pueden separarse, se dan en un mismo acto y en una misma persona.

 

Claves de la Escuela Menesiana

En nuestra sociedad la Escuela Menesiana quiere ser una alternativa educativa y cultural. Estas son las características que la definen:

 

Formación integral

Desde una concepción cristiana, se propone educar en humanidad, tanto en los aspectos intelectuales como espirituales. En este proceso nos educamos como seres humanos para el desarrollo de un proyecto de vida, crítico, en equilibrio emocional y espiritual, social y en constante relación fraterna con otros, imagen de Dios encarnado.

 

Pedagogía del ángel.
El Menesiano se siente y se sabe enviado por Dios en medio de los niños y jóvenes:

“Se recordarán que son como los ángeles tutelares y guardianes de la inocencia de los niños que la Providencia les ha confiado.” JMLM

El educador menesiano está dominado por una gran pasión por el Reino. Se siente misionero del Reino, llamado a establecerlo en el campo educativo y cuida de las vidas que le fueron confiadas.

 

Pedagogía de los lazos.

Educar: es aprender y enseñar a tejer relaciones
El misterio de la realidad se descubre en las relaciones. La educación menesiana tiene como finalidad enseñar a tejer lazos: de liberación, de salvación, de vida, de amor, de paz, de fraternidad. El educador menesiano, enviado por Dios a los niños y jóvenes, teje con ellos este estilo de lazos.

 

Escuela Templo, que hace santos.
Toda la vida de la escuela acompaña al niño, al joven, al adulto, a desarrollar desde su interior, el sentido de la existencia. En la comunidad educativa, donde el proyecto está claramente definido en referencia al Evangelio de Cristo, todos, adultos y jóvenes, se sienten responsables de este proyecto, sea cual sea su camino de fe.

 

Escuela Hospital, que libera y que cura.
"Ustedes también hacen prodigios”. Esto decía Juan María a los Hermanos y así anunciaba la misión del discípulo: Anunciar Buenas Noticias y hacer Milagros. Una escuela menesiana se pone de pie ante aquellos que son débiles. Es un lugar de curación, donde se anuncia la Buena Noticia y donde se experimenta la salvación.

 

Escuela Frontera
La escuela menesiana emerge como una escuela llamada a llegar al límite, a la frontera. Asumiendo la dinámica evangélica, la escuela menesiana va donde otros no llegan, poniéndose al servicio de los últimos y generando una alternativa que permita a cada uno encontrar su propio lugar.

Es la Alegria de cada uno de nosotros cuando descubrimos la cercanía y la presencia de Jesús en nuestra vida. Una presencia que transforma la existencia y nos abre a las exigencias de los hermanos; una presencia que invita a acoger toda otra presencia, también aquella del extranjero y del inmigrante. Es una presencia acogedora, alegre, fecunda, así es el reino de Dios dentro de nosotros. Papa Francisco, 26 de julio de 2014.

La Buena Noticia: el Evangelio de Jesús.

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